Los relojes de arena también fueron muy utilizados en navegación para poder calcular de una forma aproximada la longitud en la que se hallaba el barco en un momento determinado, hasta principios del siglo XIX, en el que aparecieron los primeros cronómetros adaptados para la navegación marítima.
Estos relojes de arena solían ser de media hora y siempre había un marinero encargado de darle la vuelta haciendo la corresponiente anotación, de esta forma y teniendo en cuenta la hora de partida, podían calcular de forma muy aproximada en que punto de la ruta se hallaban.
Lo que hacían era situarse en primer lugar en la latitud del puerto de arribada, para ello ya se utilizaban instrumentos como la ballestilla, el cuadrante de Davis, el astrolabio o el sextante, que ofrecían una cierta precisión y después ayudándose de la ampolleta podían calcular el tiempo de navegación y por lo tanto la fecha aproximada de la llegada.
El original de este modelo se halla en el Museo Naval de Madrid (de ahí su nombre) y es una reproducción de este tipo de reloj muy usado en marinería durante varios siglos de nuestra historia.
Se acompaña de un pequeño folleto con una breve reseña de la historia de los relojes de arena.
Lo tiene en tres tamaños (despliegue el apartado “tamaño”)
Naval 15 (duración aproximada 15´)
Medidas:
Alto 23 cm
Base: 11x 11 cm
Naval 30 (duración aproximada 30´)
Medidas:
Alto: 23 cm
Base: 11×11 cm
Naval 60 (duración aproximada 60´)
En este modelo los anillos protectores son de latón.
Medidas:
Alto: 28 cm
Base: 13,2 x 13,2 cm
IVA INCLUIDO
